La Paz, 20 de Octubre de 2025. – Ubicada entre nevados y valles, el Departamento de La Paz conmemora un nuevo aniversario de su fundación, nace el 20 de octubre de 1548 en la localidad de Laja bajo el nombre de Nuestra Señora de La Paz, la urbe se rige hoy como un símbolo de diversidad cultural, dinamismo, historia viva y belleza natural.
A más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, La Paz combina su pasado colonial con una modernidad vibrante. Caminar por sus calles es adentrarse en un mosaico de contrastes, las casonas virreinales del casco antiguo conviven con modernos edificios.

Entre sus rincones más concurridos por los turistas se encuentra la Calle de las Brujas, un corredor místico donde se entrelazan la tradición andina y la espiritualidad ancestral. Allí, los visitantes pueden descubrir rituales, amuletos y artesanías que revelan la cosmovisión del pueblo paceño.
El entorno natural que abraza a La Paz va desde las cumbres eternamente nevadas del Illimani, Huayna Potosí y Mururata, hasta el famoso Camino de la Muerte, que desciende hacia un clima cálido y húmedo. Este contraste extremo entre alturas gélidas y selvas subtropicales hace de la región un escenario único, ideal para quienes buscan experiencias intensas de aventura y naturaleza.

Por su parte, la gastronomía paceña conquista paladares con una fusión de sabores tradicionales y contemporáneos. Clásicos como una salteña recién horneada o un plato de fricasé forman parte de la vida cotidiana de la ciudad y se disfrutan en cualquier rincón, desde mercados hasta cafés y locales especializados. En contraste, los restaurantes de comida de autor aportan propuestas innovadoras que han ganado un lugar especial en el gusto de los paceños. Cada bocado es un viaje por la identidad culinaria del altiplano.
La cultura paceña también se expresa con fuerza en festividades como la Entrada del Señor del Gran Poder, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, ocasión en la que miles de bailarines muestran la riqueza y el sincretismo de una identidad única.
Hoy, La Paz no solo celebra su fundación, sino que se consolida como un destino que inspira al mundo. Entre montañas, historia, modernidad y misticismo, la ciudad maravilla continúa conquistando corazones con su imponencia, su energía incomparable y su alma profundamente boliviana.

